Estados Unidos busca contratistas para desarrollar drones suicida que podrían ser trasportados en una mochila y portar una ojiva. Su peso y su largo alcance los convertirán en un arma infalible contra las posiciones enemigas.
Estos aviones pequeños LMAMS parecen juguetes teledirigidos accionados por control remoto, pero en realidad son piezas innovadoras de técnica militar capaces de perpetrar rápidas operaciones encubiertas para destruir vehículos, edificios o militares.
Su velocidad y su pequeño tamaño son sus mayores ventajas, ya que puede llevarse en la mano o meterse en una mochila. Los diseñadores estiman que la duración de su vuelo será de entre 15 y 30 minutos para un radio de 10 kilómetros. Debido a su peso reducido de unos 2,2 kilos, constituyen una arma ideal para ser trasportada y desplegada en apenas 2 minutos.
Su sofisticación tecnológica permite controlarlo manualmente o bien en régimen automatizado mediante el sistema de satélites GPS, para mayor seguridad de las tropas estadounidenses. El ministerio de Defensa norteamericano planea equipar a sus tropas con estos drones de bolsillo en 2016. Hasta entonces los militares tendrán que buscar a contratistas para fabricarlo.
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